En ferry a la Isla de Gozo (Malta)

En un viaje a Malta no podéis dejar de visitar la isla de Gozo y si hace buen tiempo y queréis disfrutar de un baño en una maravillosa piscina natural tampoco la isla de Comino famosa por su Blue Lagoon.

Las tres islas: Malta, Comino y Gozo conforman el archipiélago maltés.

Para llegar a cualquiera de las otras desde Malta es necesario embarcarse en un ferry, con o sin vehículo.

El puerto de salida es el de Cirkewwa (Triq Il-Marfa, Il-Mellieħa, Malta), al norte de la isla, y a unos 30 minutos desde La Valleta.

El ferry a Gozo es sorprendentemente rápido, en 20 minutos estás allí. Nosotros viajamos con coche, así que hay que hacer fila hasta embarcar. Está muy bien organizado y es relativamente rápido el embarque y desembarque. A la ida no se paga, se paga a la vuelta.

La naviera que opera el trayecto es GOZO CHANNEL LINE en ella podéis informaros del horario del próximo ferry así como de los precios actualizados. Nuestro viaje en coche ida y vuelta costó menos de 20 euros incluidos los 4 pasajeros y el coche.

La frecuencia es bastante amplia, cada 25-30 minutos sale un ferry, lo que tarda en ir organizando la fila de vehículos para el siguiente más o menos. Y el horario es bastante amplio, el último ferry sale, según temporada, sobre las 23:45 horas así que no hay que ir con prisas ni preocuparse demasiado.

Nosotros dejamos el coche y subimos a cubierta para disfrutar de las vistas. El barco dispone de servicio de cafetería y el mar suele estar muy tranquilo, así que el trayecto no supone mayor problema. Hay wifi a bordo.

Y llegamos al precioso puerto de Mġarr, no podía ser mejor el recibimiento! Un puerto precioso y con unas vistas espectaculares:

Como veis si viajáis a pie no hay mayor problema ya que un autobús turístico tiene parada allí mismo y recorre los puntos más importantes de la isla.

Claro está que el viaje a Gozo era imprescindible por y para disfrutar de la magnífica «Ventana Azul» (hoy ya desaparecida a causa del temporal :(, una verdadera tragedia acaecida el 9 de marzo de 2017); si bien, como queríamos disfrutar del atardecer desde allí comenzamos nuestra ruta por el extremo opuesto de la isla.

Nuestro primer destino fue la también famosa playa de Ramla Bay:

Conocida por el curioso tono de su arena, de color rojizo o anaranjado, al aproximarnos hacia ella más que arena parece barro lo que asombra mucho más al comprobar que se trata de diminutos granitos de arena rojos como el ladrillo.

Es la mejor playa de Gozo, la forma una amplia franja de arena, es conocida como “Ramla il-Ħamra” (la playa de arena roja).

Pese a que viajamos en diciembre y amaneció algo nublado el peque no dudó en probar sus aguas.

La zona en torno a la playa está preservada en su estado natural, pero hay un par de chiringuitos, unos aseos con ducha y posta sanitaria detrás de la playa. Las dunas arenosas están protegidas, y se llega a través de un verde valle de cultivo. Bajo sus arenas existen ruinas romanas, ¡por todos lados Malta está repleta de historia!

Y esta playa alberga un secreto que los amantes de la mitología sabrán apreciar, en la imagen siguiente se ve una montaña y aunque no se observa muy bien en lo alto hay una cueva… ¿sabéis que cueva es? La cueva de Calipso, la cueva de la que habla Homero en su «Odisea», en la que se dice estuvo retenido Ulises por la hermosa ninfa Calipso durante siete años como “prisionero de amor”, lo que retrasó mucho su vuelta con Penélope ;P.

Breve resumen: Tras hallarse Ulises a la deriva tras el naufragio de su barco llegó a la isla de Ogigia (se dice que es la actual Gozo) y la bella nifa, hija del gigante Atlas y de Pléyone, lo encontró y le ofreció cobijo. Calipso intentó que Ulises olvidara su vida anterior, y le ofreció la inmortalidad y la juventud eterna si se quedaba con ella en Ogigia. Pero el héroe se cansó pronto de sus agasajos, y empezó a añorar a su mujer.

Viendo esta situación, Atenea intervino y pidió a Zeus que mandase a Calipso que dejara marchar a Odiseo. Zeus envió a su mensajero Hermes, y Calipso, viendo que no tenía más opción que obedecer, dio a Ulises materiales y víveres para que se construyera una balsa y continuara su viaje hacia Ítaca. Se despidió de ella, no sin cierto recelo por si se tratara de una trampa, y zarpó. Algunas leyendas cuentan que Calipso terminó muriendo de pena.

Ulises había pasado siete años en la isla de Ogigia, pero él pensaba que había sido siete días los que estuvo con Calipso. Cada día transcurrido se equiparaba a un año para los mortales.

La visita a la cueva no tiene nada de especial salvo por la apasionante historia que aguarda entre sus rocas, eso sí, desde allí podemos disfrutar de unas preciosas vistas de la bahía.

Y cargados de mitología (desde entonces nuestros peques son unos forofos de la griega algo que agradeceremos siempre a la preciosa Malta) proseguimos nuestra ruta por Gozo hasta su capital Victoria, también conocida como Rabat. La mayor atracción turística es la Ciudadela, de carácter defensivo ante los diferentes asedios y batallas de otros tiempos, está situada en el centro de la ciudad. Se estima que en la zona hubo asentamientos habituales desde los tiempos neolíticos. Posteriormente pasaron por allí fenicios y romanos y el complejo actual data, en parte, de los tiempos del dominio de la Corona de Aragón y de los Caballeros de la Orden de San Juan de Malta.

Pero lo mejor de Victoria es callejear por las estrechas y serpenteantes calles del casco antiguo. En ellas encontramos un restaurante de comida tradicional de la vecina Sicilia cuyo pórtico ya llama la atención al visitante por lo bonito de su enclave, así que nos animamos a comer allí tras el paseo.

Il-Panzier resultó un acierto, por su ricas recetas y porque el hijo de los dueños entabló amistad con nuestros dinos y chapurreando un poco de inglés estuvieron pasando un buen rato jugando a las cartas, a Pokémon y enseñándose las colecciones de cromos. Así que muy agradecidos a los simpáticos dueños por su cortesía y mucho más por la amistad que les brindó el pequeño. Nos encanta ver como se relacionan con niños de otras nacionalidades sin importar las barreras lingüísticas ni culturales.

Como veis la zona de restaurante es un patio interior acogedor con una decoración muy linda. Me encantó la vajilla de cerámica siciliana, desde entonces estoy deseando hacerme con unos de esos platos ovalados tan bonitos! (Tendremos que ir a la isla del Etna a por ellos, con la excusa…;P jejeje).

Por ponerle alguna pega, pedimos una variedad de típicas tapas sicilianas y el tamaño era muy reducido. Nos esperábamos otra cosa. Los platos de pasta correctos y muy ricos.

Desde Victoria ya no dio tiempo a mucho más, nos quedamos con las ganas de ver los templos megalíticos de Ggantija (gemelos de los de la isla de Malta: Templos megalíticos de Haģar Qim y Mnajdra) pero como en invierno las horas de sol apremian y estaba próximo el atardecer nos dirigimos a esta maravilla de la naturaleza: La Ventana Azul (The Azure Window).

Una verdadera lástima que el temporal haya hecho mella en ella y hoy en día ya no exista. Cuando nos enteramos de la noticia nos caían lágrimas de los ojos, no podíamos dar crédito; hacía tan poco que habíamos disfrutado de la puesta de sol desde allí, tan poco desde que subimos a lo alto y recorrimos su arco sobre el mar…

Nos queda el consuelo de haberla disfrutado en primera persona. Siempre en nuestras retinas el atardecer desde la Isla de Gozo a los pies de la majestuosa Ventana Azul; el haberla recorrido de la mano y el haber formado parte de nuestras aventuras en familia…

¡Hasta siempre!

Aún nos queda mucho por contar de nuestro viaje a Malta y se nos acumulan las historias, gracias por la paciencia y por estar ahí, por leernos y por premiarnos con vuestros comentarios.