Ciudad monumental y del Jerte, río que la acompaña y da nombre al famoso valle conocido por sus cerezos en flor, es una estupenda ciudad que descubrir en familia.
Con la peculiaridad de ser la ciudad de las dos Catedrales, ofrece al visitante con niños muchas opciones de diversión y entretenimiento en cualquier época del año.
Comenzando por su Plaza Mayor, centro neurálgico de la ciudad, podemos recorrer sus callejas llenas de historia y edificios singulares a raudales. Enclaves mezcla de las culturas que vivieron en sus tierras, judía, cristiana… El casco histórico está estructurado al modelo cristiano medieval, en su entorno se celebran varias ferias medievales con muestra de artesanía en encuadernación, cuero, madera… no dudéis en visitar su mercado medieval, en especial durante las fiestas del «Martes Mayor» que se celebra el primer martes de agosto, en el que se venden productos típicos agrícolas de la comarca, tomates, pimientos, el conocidísimo Pimentón de la Vera, así como sus quesos artesanales, de cabra, de oveja, las Tortas del Casar, etc… Una buenísima fecha para visitar esta ciudad cacereña. En él además podremos disfrutar del tradicional concurso de flauta y tamboril y de los coloridos trajes regionales que visten durante la fiesta algunas placentinas.
Otra fecha turística es la de la Feria de la Tapa, que se celebra durante la segunda quincena del mes de octubre. Buena oportunidad para disfrutar de la gastronomía cacereña. O del 7 al 10 de junio, cuando tiene lugar la feria taurina.
Existen varios monumentos arquitectónicos que visitar recorriendo el precioso casco antiguo de Plasencia. La Catedral Vieja, la Catedral Nueva (ambas están juntas), varias iglesias (San Martín, El Salvador, San Nicolás, San Esteban, entre otras) y ermitas. Los peques quedarán maravillados de contemplar los enormes nidos de cigüeñas que anidan en lo alto de todos estos edificios.
También son significativos, la Casa del Deán, el Palacio del Marqués de Mirabel, el Parador Nacional… y por supuesto las murallas exteriores de la ciudad; no dejéis de pasear a sus pies, son toda una maravilla.
De la Plaza Mayor destacamos el Palacio Municipal y su torre-campanario en la que se encuentra el símbolo de la ciudad: el Abuelo Mayorga, un autómata que se encarga de dar las horas a la población.
Especial referencia al Acueducto, del que se conservan 55 arcos, y junto a él, uno de los grandes atractivos de la ciudad para los niños… El parque de los Pinos.
El Parque de los Pinos es el mayor parque de la ciudad, repleto de diversas aves, que campan libres por su interior, interactuando con el visitante a su paso. Pavos Reales, patos, entre inmensa vegetación, fuentes y lagos con cascadas y pequeños edificios decorativos. Imprescindible hacerse con alimento que ofrecer a estas aves. Imprescindible la visita a este parque en familia. Frente a él también existe un enorme parque con juegos infantiles, conocido como Parque de San Antón. Así que después de disfrutar de las aves y pavos reales, toca diversión y juegos en éste.
Y seguimos con estos espacios de esparcimiento familiar reseñando la conocida como «La Isla», zona de recreo que queda de la bifurcación del río Jerte a su paso por Plasencia. En verano se puede disfrutar de sus piscinas naturales. Además está dotada de instalaciones para la práctica de piragüismo, paseos en bici y otras actividades al aire libre.
Otro paraje imprescindible de visita es el de la Ermita de la Virgen del Puerto, patrona de la ciudad, situado en lo alto, ofrece un espectacular mirador de Plasencia y del Valle del Jerte. Si queréis disfrutar de las mejores vistas, éste es el lugar. Además se puede realizar el trayecto a pie, disfrutando del paraje de Valcorchero durante la subida al santuario.
Y ya que andamos por estas tierras, podemos visitar el Valle del Jerte, famoso por la preciosidad de sus cerezos en flor en primavera, así como el turismo por las Hurdes.
La floración de los cerezos tiene lugar entre finales de marzo y principios de abril, y suele durar unos diez días. Así que como veis, siempre es buena época para visitar esta rica y preciosa tierra. En Semana Santa los pasos de las cofradías y hermandades han sido declarados Fiesta de Interés Turístico Regional.
La Vera, comarca en la que disfrutar de sus gargantas de agua fría y cristalina, y de su flora y fauna.
El Parque Nacional de Monfragüe, del que os dejo enlace al post completo.
Gastronomía: Son típicas las migas, el jamón y productos ibéricos de bellota, cabrito y cordero en caldereta o asados, ensalada de zorongollo, morcillas patateras y calabaceras, queso fresco cubierto de miel y polen… Plasencia ofrece un sinfín de restaurantes, bares y tabernas donde disfrutar de su gastronomía. Los amantes de los embutidos, ibéricos y buenos guisos tienen una cita ineludible en estas tierras.
Os recomendamos un lugar donde comprar buenos embutidos y carnes, así como Pimentón de la Vera, se trata de «El Museo de la Carne», ubicado en la plaza de Luis de Zúñiga número 8. Enlace web.
Por supuesto, que hay muchísimo más que ver y hacer en Plasencia, y os animo a descubrirla y a disfrutarla con vuestros dinos, y a que nos contéis como fue vuestra experiencia.