Situado al noroeste de Malta, en la bahía de Anchor Bay y muy próximo a la ciudad de Mellieha encontramos este parque pintoresco donde los haya.

Ya de por sí la bahía que lo aloja es preciosa, con sus aguas turquesa y sus paisajes de ensueño, al que se añade Popeye’s Village.

Coloridas casitas de madera bordean un lado de la bahía haciendo indispensable tomar una fotografía desde lo alto, donde el enclave ofrece sus mejores panorámicas.

Popeye’s Village es lo que quedó de un plató cinematográfico escenario de la película “Popeye” realizada por Robert Altman y protagonizada por Robin Williams en 1980, y basada en el cómic de E.C. Segar. El plató creado por Paramount Pictures y Walt Disney Productions está formado por 19 edificios de madera traída de Canadá y de Holanda para darle un aire a un pueblo típico americano de los años 20. Incluso se construyó el dique que se observa para proteger la bahía del temporal.

Si bien el exterior deslumbra, el interior de los recintos deja mucho que desear.

Los edificios recrean diversos establecimientos de un poblado: la casa donde vive Popeye, el dentista, el bar o taberna, el hotel, etc. y su interior está mucho más que descuidado. Lo cierto es que desmerece mucho la buena impresión que da el parque desde el exterior.

El precio, para lo que se ofrece dentro, nos pareció excesivo; incluye una degustación de ponche y una postal para los adultos. También un paseo en bote por la bahía, que debido al mal tiempo no fue posible realizar.

Precio de la entrada: 12 euros (verano) / 9,50 euros (Invierno)

Horario:

09:30 – 16:30 (noviembre, enero, febrero)
09:30 – 17:00 (marzo-julio, septiembre, octubre)
09:30 – 19:00 (agosto y diciembre)

En algunas webs lo califican de parque de atracciones y de eso no vais a encontrar nada. Es cierto que en verano puede ser agradable la visita ya que en la bahía se organizan diversas actividades acuáticas con hinchables, trampolines y botes… y seguro que resulta muy divertido, pero por el disfrute del mar, el sol y los juegos… pero no por el recinto en sí.

Cierto es que al visitarlo en el mes de diciembre no podemos opinar del parque en verano; seguramente será mucho más divertido y aprovechable el dinero invertido. Sólo por bañarse en esas preciosas aguas con el telón de fondo de los bonitos decorados valdría la pena.

En invierno se abre en el parque, como un aliciente al visitante, un poblado de Santa Claus y sus elfos:

Pueblo de Popeye en Navidad

Visita a la ciudad de los juguetes de Santa Claus.
Desfile de Navidad.
Ver a los más de 200 duendes animados que preparan los juguetes para los niños de todo el mundo.
Espectáculos de marionetas.

Vayamos por partes…

Con el ticket de entrada en diciembre, opcionalmente y por unos euros más, Santa Claus da un regalo a cada uno de los niños. Cosa que prometía bastante y los peques no hacían más que buscar a Santa por todos los edificios.

La entrada ilusiona, por las vistas que ya hemos comentado y por el bote con el nombre de «Popeye» que nos recibe al pasar la «taquilla».

Se inicia una rampa de descenso hacía el poblado y encontramos ¡la casa donde vive Popeye!…. hay que verla: interior sucio y descuidado. Aún seguimos sin comprender lo desaprovechado que está el sitio, con lo bonito que es el exterior y el enclave.

No os contamos más de los interiores porque creo que ya está todo dicho.

Como contrapunto, en la plaza están los personajes Popeye, Olivia y Brutus con los que fotografiarse. El personal es muy simpático y amable.

En esta plaza tiene lugar algunos espectáculos dirigidos por Popeye y Brutus principalmente. Todos son en inglés.

Al viajar en fechas navideñas el parque estaba repleto de elfas que también dirigían algunas actividades para niños.

 

Acudimos a la tienda de recuerdos a por nuestra postal (se pueden elegir) y más tarde bebimos nuestro ponche caliente (lo sirven en el bar).

 

Ciudad de los Juguetes de Santa Claus:

Una alegre elfa nos dirige hacia la entrada y recorrimos las diferentes villas en las que se observa a elfos autómatas en las distintas labores de creación de juguetes.

Buscando a Santa Claus:

Muchos niños iban preguntando por Santa Claus, buscando de aquí a allá, sin ninguna indicación y ansiosos por recibir su regalo.

Al fin lo encontramos de pura casualidad, todo sea dicho, en lo que es el Hotel. Entramos como a cualquiera de los otros y nada hacía denotar que allí lo fuéramos a encontrar, salvo al ver pasar a un elfo apresurado hacia el interior.

Al seguirlo por fin encontramos a Santa Claus junto a dos enormes bolsas rojas.

Los disfraces del personal, incluido éste, dejan bastante que desear y es algo que se debería cuidar; más aún con este personaje y más aún porque se trata de niños que tienen mucha ilusión.

Les dió un regalo a cada uno y fue una decepción para los dos; a uno se le rompió nada más sacarlo del envoltorio y al otro le regaló algo que no le agradó. Pese que somos conscientes de que no se puede contentar a todo el mundo, sí se puede controlar la calidad; eran juguetes pésimos «made in China» pero China de la más low cost que haya.

Una de las habitaciones del hotel, antesala de Santa Claus….

 

En verano promete más, ya que no pudimos dar el paseo en bote por la bahía nos conformamos alimentando a un divertido pato que encontramos:

Muchos de los exteriores se merecen fotografías con los bellos decorados para el recuerdo.

Restauración:

El recinto dispone de dos cafeterías-restaurante; una dentro del recinto y otra exterior, junto al parking y una zona de juegos gratuita para los más peques (tipo ludoteca). Aquí os dejamos el menú:

 

Pese a algún elemento mejorable de la decoración interior os recomendamos la visita, sobre todo con buen tiempo, a este pintoresco parque temático ya que las atracciones acuáticas prometen! Lástima no haber podido disfrutar de ellas..

 

Y vosotros ¿habéis estado? ¿qué os pareció el parque? Contadnos vuestras experiencias y preguntad todas las dudas que tengáis… de eso se alimenta el blog!

Un saludo, y hasta la próxima…